Trabajo por rincones en la escuela infantil, ¿en qué consiste?

Es una de las dinámicas más habituales en los centros educativos hasta los seis años, y no es para menos porque los beneficios que aporta al aprendizaje de los más pequeños son múltiples.

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Dentro de las metodologías que han revolucionado la educación a lo largo de los últimos años -ya no se puede hablar de nuevas-, en educación infantil una de las más utilizadas por los centros educativos es el trabajo por rincones.

A grandes rasgos, este método consiste en dividir el espacio de la clase en distintas áreas de trabajo bien delimitadas, de manera que permite el trabajo multidisciplinar y en pequeños grupos siempre que esté bien organizado.

Es fundamental el trabajo del docente porque es muy importante, además de que los rincones se diferencien muy bien y la dinámica sea sencilla para que los niños se acostumbren rápido a trabajar así, presentar de forma lúdica y motivadora el contenido de los mismos.

Además, requiere una correcta división del tiempo para que todos los alumnos pasen por todos los rincones. A veces unos les generan más motivación que otros, de ahí que sea labor del docente que la rotación sea efectiva y equitativa.

Cómo funciona

Generalmente, casi todos los profesores que apuestan por esta metodología, perfectamente sostenible durante todo el curso académico, crean una forma de acceder y «reservar» plaza en dicho rincón simbólico. Pueden ser tarjetas identificativas, o cualquier otra fórmula que permita saber a los compañeros si el aforo de un rincón está completo o no. En total, los rincones deben estar ocupados por cinco o seis niños como mucho.

En el trabajo de rincones se pueden establecer grupos estables que roten de forma conjunta o bien se puede optar por dar libertad individual a los alumnos para que viajen por todas las áreas con independencia de qué compañeros se encuentre en cada uno de los rincones. Esta última fórmula requiere todavía más organización por parte del profe.

Las claves para que la metodología sea un éxito, por lo tanto, son el atractivo de las actividades; la organización; la división clara del espacio y los materiales; que la dinámica favorezca la autonomía y la multidisciplinariedad; que permita el trabajo en grupo, no solo individual; que puedan variarse las actividades en distintas clases sin necesidad de cambiar la dinámica; y que los objetivos y los contenidos estén claramente establecidos. 

El papel del profesor

Desde el punto de vista del docente también es necesario que facilite la evaluación del progreso de cada uno de sus alumnos. Quizá este sea uno de los puntos delicados de esta metodología, ya que no es tan sencillo de conseguir este objetivo como con otros métodos tradicionales porque se suceden de forma simultánea distintas actividades en espacios diferentes del aula. Al mismo tiempo, es un tipo de dinámica que también obliga al profesor a un esfuerzo extra en la preparación previa, aunque esto no es un problema para todos los docentes que la utilizan en sus clases porque los beneficios obtenidos hacen que el esfuerzo que ellos deben realizar les merezca la pena con creces.

Y es que esta metodología del trabajo por rincones en la escuela infantil ofrece múltiples beneficios ya que potencia mucho la autonomía del alumno, les permite trabajar contenidos muy variados, potencia la creatividad, el pensamiento lógico y también la experimentación, y además es una manera natural de eliminar el miedo a equivocarse en los pequeños.